Prácticamente todo el mundo cuenta en su ordenador con algún antivirus, una herramienta de seguridad cuyo propósito es mantener nuestro ordenador lo más protegido posible de amenazas y todo tipo de malware. Lo cierto es que aunque se tratan de herramientas desarrolladas para cumplir el firme objetivo de mantener nuestros datos a salvo, algo que hacen la gran mayoría de ellos de forma eficiente, en otras ocasiones puede que nos puedan causar algún problema.
Y es que la gran desconfianza en muchas aplicaciones y procesos por parte de los algoritmos Reconocer los falsos positivos requiere mucho tiempo y práctica, por lo que están a la orden del día. Sin embargo, siempre que sospechemos que nuestro antivirus están detectando algún falso positivo, debemos pedir una segunda opinión pasando otro antivirus distinto, saber qué hace exactamente el proceso detectado como malware para saber si es legítimo.
Para tratar de evitar estas falsas alarmas sin tener que prescindir de nuestro antivirus, siempre podremos tratar de reducir la la sensibilidad del escáner heurístico, si nos lo permite el antivirus, activar la opción que obliga al antivirus a preguntarnos antes de proceder a eliminar algo en el equipo, añadir los falsos positivos a la lista blanca del antivirus o incluso tratar de comprobar si la aplicación que es detectada como falso positivo cuenta con alguna versión posterior a la nuestra y en ese caso instalarla.