Cada vez compartimos más fotos propias en Internet y en las redes sociales. Muchas de ellas son personales, y no tienen ningún valor. Sin embargo, hay ocasiones en las que algunas fotos (paisajes, objetos, retratos, etc) llaman la atención de la gente, y es aquí donde empiezan los problemas. Siempre hay gente que le echa cara y se apropia fotos de otros, usándolas como si fueran suyas o, peor, vendiéndolas a terceros. Como no podemos luchar contra esto, lo que podemos hacer es evitar que lo hagan con nuestras fotos. Y, para ello, hay una forma infalible: poner una marca de agua.
Gracias a la marca de agua es posible demostrar que hemos sido nosotros los que hemos hecho una determinada foto. Sin embargo, muchas veces la obsesión por las marcas de agua que tienen algunos pueden hacer que se estropee la foto por completo.