El uso de las redes sociales está muy extendido y las utilizamos para diferentes fines, desde saber como están y les va a nuestros amigos y/o familiares, hasta entretenernos. Pero, presentan un gran problema y es que son tremendamente adictivas debido a su funcionamiento de scroll infinito. A raíz de esto ha nacido un movimiento denominado JOMO que se ha popularizado rápidamente.
Aunque este movimiento está cogiendo fuerza actualmente, no es precisamente nuevo. Su origen viene del libro de The Joy of Missing Out: Finding Balance in a Wired World, escrito por Christina Crook en 2014.
Este movimiento se enfoca en la reducción del estrés y ansiedad al liberarnos de la presión de estar conectados todo el tiempo, ayudando a reducir el cortisol, que es la hormona del estrés. Adicionalmente, ofrece una mejora en el sueño al no usar dispositivos antes de dormir.
También, como eliminamos un elemento de distracción, nos concentramos más en una tarea para ser más productivo. Debido a que tenemos más tiempo, podemos reflexionar más y así ser más creativos y poder tener ideas nuevas. Ya no tenemos estímulos ir realistas que permite aumentar la concentración en nuestros deseos y necesidades.
Como no estamos «obligados» a estar conectados, tenemos más tiempo libre para hacer deporte, leer, cocinar o hacer planes con amigos y/o familiares.
Practicar el JOMO es realmente sencillo, ya que se basa en pautas extremadamente fáciles. La primera es establecer un límite de tiempo de uso de redes sociales e, incluso, una hora tope de uso como podrían ser las 20.00. Adicionalmente, desactivar las notificaciones para evitar el incentivo de acceder.
Además, para evitar el uso de redes sociales es realizar actividades no sedentarias. Esto puede ser un paseo por la naturaleza, hacer deporte, cocinar, leer, dibujar o cualquier otra actividad que no implique pantallas. Si realizamos actividades sedentarias, como ver la televisión, es más fácil que sintamos el impulso de acceder a las redes sociales.