Llevemos más o menos tiempo trabajando en nuestra empresa, se puede dar la circunstancia de que, por una razón u otra, no estemos del todo contentos. A partir de ese instante podemos empezar a plantearnos presentar una reclamación a la compañía para solicitar lo que consideramos justo.
Las razones de todo ello pueden venir dadas por diferentes motivos. Uno de los más habituales suele ser el sueldo que percibimos, aunque también entran en juego las tareas que nos imponen llevar a cabo, los horarios, el trato de los jefes y mucho más. Antes de marcharnos a casa dando por concluido nuestro período en esa compañía, deberíamos presentar una reclamación para intentar solucionar la situación como tal.
Lo común en estas circunstancias es ponernos en o con nuestro superior más directo para exponer los problemas que tenemos y cómo se puede llegar a una solución conjunta. Sin embargo, antes de llevar a cabo estas reclamaciones que os comentamos, algo que también se hace extensible a las negociaciones, deberíamos evitar llevar a cabo determinadas acciones.
Y es que muchos trabajadores cometen un grave error, o varios fallos, antes de presentar una reclamación o llevar a cabo una negociación con su empresa. Esto es precisamente lo que vamos a intentar aclararos en estas mismas líneas para que todo el proceso llegue a buen puerto. De lo contrario tendremos más que perder y lo habitual es que la empresa termine beneficiada.
Claro está, aunque consideremos que se están cometiendo determinadas injusticias en nuestro puesto de trabajo, en muchas ocasiones bajo ningún concepto queremos perder el empleo. Es preferible mantener la situación tal y como está, al menos durante un tiempo o hasta que encontremos otra cosa.
Nunca hagas esto si vas a negociar o reclamar a tu empresa
A continuación os vamos a mostrar una serie de acciones habituales en nuestros entornos laborales que deberíamos evitar a toda costa si vamos a negociar o reclamar algo a la empresa. De lo contrario nos vamos a encontrar en serios inconvenientes para lograr nuestros objetivos y probablemente la compañía se salga con la suya. Apuntad bien estos consejos que os damos a continuación, ya que tendréis más posibilidades de tener éxito en vuestra reclamación.
Firmar correctamente el registro de jornada. Este es el documento que muchos trabajadores deben firmar a diario o de manera periódica con las horas trabajadas. Siempre es recomendable indicar las horas reales que hemos trabajado cada día, en lugar de aquellas que tenemos establecidas por contrato. Este movimiento nos resultará de gran ayuda en el caso de que la reclamación esté relacionada con esta temática de los horarios.
Justificar la reclamación. En muchas ocasiones presentamos la queja o reclamación a viva voz al responsable que corresponda. Sin embargo, lo recomendable es hacerlo por escrito o grabando la conversación como tal para que la misma quede probada, ya que de lo contrario se puede dar la circunstancia de que no sirva de nada y la empresa acabe despidiéndonos.
Leer bien cualquier documento que vamos a firmar. Una mala costumbre que muchos tenemos es no leer con detenimiento aquellos documentos que vamos a firmar a continuación. En el caso de que estemos planteando alguna queja o reclamación a nuestra empresa, este es un paso sumamente importante si no nos queremos llevar alguna sorpresa desagradable.