Aunque Windows 10 iba a ser el último sistema operativo de Microsoft, al final la compañía, como muchos esperábamos, terminó lanzando, 6 años después, a su sucesor: Windows 11. Este es el nuevo (y polémico) sistema operativo de la compañía, un sistema que, a pesar de la gran cantidad de cambios internos que presenta, no es mucho más que un Windows 10 con un importante (y necesario) lavado de cara. Poco a poco, los s van dando el salto a este nuevo sistema, pero hay muchos que se encuentran con algo diferente a lo que esperaban. ¿Qué pasa si actualizo y no me gusta lo que me encuentro?
Windows 11 llega a los s como una actualización gratuita, siempre y cuando tengan una licencia original de Windows 10. Sin embargo, Microsoft ha elevado mucho sus requisitos mínimos, por lo que no todos los s que actualmente tengan Windows 10 podrán actualizar al nuevo Windows 11. Para poder instalar este nuevo sistema debemos tener, al menos, 4 GB de memoria RAM, 64 GB de espacio en el disco duro (o mejor, SSD) y, por si fuera poco, un nuevo sistema operativo de Microsoft, o tenemos problemas con él, vamos a poder volver a Windows 10. Siempre y cuando, eso sí, no hayan pasado esos 10 días de rigor que nos da Microsoft.
Para volver a la versión anterior de Windows simplemente debemos ir al menú de Configuración, al apartado Sistema > Recuperación, y seleccionaremos aquí la opción «Volver«. Tras un corto asistente, Windows revertirá los cambios y volverá a la versión anterior. Eso sí, todos los archivos, programas y configuraciones permanecerán intactos. Así, cuando volvamos a tener el control sobre Windows 10, el sistema esté tal como estaba justo antes de la actualización.