Windows, al igual que macOS, Linux y Android, son ecosistemas abiertos, ecosistemas donde podemos instalar cualquier aplicación, aunque macOS cada vez lo ponen más difícil para encerrar a sus s en la Mac App Store, al igual que sucede con los dispositivos iOS, dispositivos cuya única posibilidad a la hora de instalar aplicaciones pasa por utilizar la App Store. La principal y única ventaja de utilizar un ecosistema cerrado es que todas las aplicaciones que podemos instalar han sido revisadas y, en teoría, están libres de virus, malware y demás. Si queremos disfrutar de este nivel de seguridad, podemos convertir Windows en un ecosistema cerrado.
Al convertir Windows en un ecosistema cerrado, la única forma de poder instalar aplicaciones en el sistema operativo de Microsoft es
A partir de este momento, si queremos instalar cualquier aplicación que descarguemos en nuestro equipo, no se podrá instalar una vez hasta que no reiniciemos el equipo. Si no queremos ser tan estrictos y queremos tener la oportunidad de comprobar si la aplicación que hemos descargado tiene una homóloga en la tienda de aplicaciones de Microsoft, podemos seleccionar la opción De cualquier lugar, pero si hay alguna aplicación comparable en Microsoft Store.
Otra de las opciones que también podemos seleccionar, De cualquier lugar, pero avísame antes de instalar una aplicación que no está en la Microsoft Store, mostrará un mensaje en pantalla cuando tratemos de instalar una aplicación no disponible en la Microsoft Store, como simple recordatorio de los riesgos a los que nos podemos enfrentar si instalamos aplicaciones que no han sido analizadas previamente por Microsoft.