Muchos son los equipos portátiles que podemos encontrar en el mercado que están enfocados a un público que, además de trabajar, también quiere disfrutar de sus juegos favoritos sin necesidad de realizar una inversión desorbitada. Estos equipos, además de la gráfica dedicada que incluye la placa base, también incluyen una tarjeta gráfica, gráfica que es la que utiliza el sistema por defecto.
Lo mismo sucede con los equipos de sobremesa a los que se les conecta una gráfica externa, siendo esta la que se utiliza de forma predeterminada y donde debemos
La mayoría de los ordenadores de sobremesa desactivar automáticamente la gráfica integrada cuando se conecta una dedicada, por lo que, si al proceder tal y como os mostramos a continuación, únicamente se muestra un adaptador de pantalla, significa que la nativa está desactivada, por lo tanto, nuestro equipo únicamente está utilizando la gráfica dedicada.
Si queremos optimizar el funcionamiento de nuestro equipo en los juegos, debemos desactivar la gráfica nativa, ya que de esta forma evitaremos que, a la hora de configurar los gráficos de un juego, este reconozca únicamente la integrada (con menores prestaciones) y no la dedicada. Además, también evitaremos que, si a Windows o al juego se le cruzan los cables, nos cambie a mitad partida de una gráfica a otra.
Pero, si lo que queremos es reducir el consumo de batería de nuestro equipo y que rendimiento sea mejor, la gráfica que debemos desactivar es la dedicada. De esta forma, el consumo de batería que hará el equipo será inferior. Tanto si queremos desactivar la gráfica integrada o la dedicada, debemos realizar los pasos que os mostramos a continuación.