Desde que instalamos Windows de cero en nuestro ordenador y empezamos a trabajar con el mismo, nos acostumbramos a un aspecto e interfaz que viene por defecto. Cierto es que tenemos la posibilidad de personalizar muchos de estos elementos, aunque no es algo obligatorio.
Muchos prefieren trabajar con el sistema operativo de Microsoft tal y como la firma nos lo ofrece de forma predeterminada. Quizá podamos llevar a cabo ciertos pequeños cambios como por ejemplo una foto en el fondo de escritorio algo más personal. Con esto os queremos decir que muchos prefieren no modificar otros apartados de la interfaz tales como los iconos, punteros, tonalidades de color predeterminadas, o fuentes.
Una de las razones de todo ello es que desde hace años estamos acostumbrados a una determinada interfaz y aspecto de Windows, por lo que no necesitamos cambiarla. Sin embargo, en ciertas ocasiones nos podemos encontrar con determinados problemas en este sentido. Nos referimos a que algunos programas, tanto maliciosos como totalmente legítimos, hagan cambios que no deseamos en el sistema operativo.
Os contamos todo esto porque algo que os puede suceder y que se ha visto en multitud de ocasiones a lo largo de los últimos años, es que algún virus cambia todos los tipos de letra de Windows, entre otras cosas. Cuando hablamos de los fuentes de Windows y necesitemos devolver el sistema a su estado original.