Cuando vamos a empezar algún tipo de trabajo o proyecto en el que tienen mucha importancia los datos numéricos, sabemos la herramienta a usar. Y es que por regla general, llegados a este punto, lo habitual es que nos decantemos por algún programa como Microsoft Excel.
Cuando hablamos de esta aplicación de Microsoft, la nombramos debido a que es la propuesta de este tipo más usada del mundo. Sin embargo no es la única, ya que por ejemplo Google dispone de la suya propia, o encontramos otra en la suite de LibreOffice. Además, hay que tener en cuenta que estas dos últimas a las que nos referimos, son gratuitas.
Con todo y con ello, el programa que se integra en Office de Microsoft, Excel, sigue siendo la herramienta de este tipo más popular del mundo, usada por millones a diario. Para muchos s es una aplicación un tanto peculiar y compleja, pero en realidad no es así. Hay que tener en consideración que su diseño a base de Libros, Hojas y celdas, es el más adecuado para el trabajo con números. Por lo tanto, una vez que nos acostumbramos al uso de esta interfaz, nos damos cuenta de su enorme funcionalidad.
A continuación pinchamos con el botón derecho del ratón sobre la misma, y en el menú contextual que aparece entonces, nos decantamos por la opción llamada “Definir nombre”. En pantalla aparecerá una nueva ventana a través de la cual podemos cambiar ese nombre por defecto que Excel añade a cada celda. Esto es algo que podemos definir en el campo “Nombre”, mientras que en la parte inferior vemos la celda original a la que nos referimos. Es más, aquí también podremos añadir algún comentario personalizado, o indicar el libro concreto al que nos referimos.
No cabe duda de que todo esto, aunque un poco molesto en un principio, nos será de ayuda más adelante en el desarrollo de la hoja, ya que podemos organizar mejor el trabajo con múltiples celdas.