Cuando compramos una memoria USB o un disco duro externo, esperamos que tenga una buena velocidad. La mayoría de las veces es así, y podemos copiar archivos de nuestro ordenador al dispositivo externo rápidamente. Sin embargo, seguro que alguna vez nos hemos encontrado con que la velocidad, sobre todo al copiar del PC al dispositivo externo, es muy lenta. Incluso veremos que la gráfica de Windows oscila constantemente, llegando a alcanzar los 0 bytes por segundo.
Hay muchos factores que pueden afectar a la velocidad de lectura y escritura a la hora de copiar archivos a un USB. Esta velocidad puede variar por el protocolo utilizado (ya que la velocidad del USB 2.0 es infinitamente más baja que la del 3.0, 3.1 o 3.2), puede variar por el hardware de nuestro ordenador, por la marca, modelo y calidad de la memoria USB e incluso por problemas de hardware.
Todos los discos duros y las memorias USB tienen una pequeña caché temporal. Esta permite que una determinada capacidad se copie muy rápidamente, y, una vez copiados los archivos a la caché, esto se copian automáticamente en el disco duro o en la memoria flash. Esta es la razón por la que los primeros segundos de copia van muy rápido, pero luego la velocidad disminuye.
Si la copia empieza, por ejemplo, a 100 MB/s, y pasado unos segundos baja a una velocidad aceptable, como 40 MB/s, y se mantiene estable a esta velocidad, no tenemos por qué preocuparnos. Es normal.
Sin embargo, cuando la velocidad oscila demasiado, y llega a bajar hasta los 0 bytes por segundo, puede que haya otros problemas que están afectando a la velocidad.
Problemas de hardware: baja velocidad al copiar archivos
Las principales causas por las que la velocidad al copiar archivos a un USB va muy lenta pueden ser:
- El USB es de muy mala calidad, o usa el protocolo 2.0.
- Los puertos de nuestro ordenador son USB 2.0.
- Problemas de alimentación.
- Cuello de botella o problema de rendimiento del PC.
- Sistema de archivos de la unidad
El protocolo USB 2.0 cuenta con una velocidad teórica de 480 Mbit/s (60 MB/s), aunque en la práctica la velocidad tasa real máxima que se puede obtener es de 280 Mbit/s (35 MB/s). Y, además, ningún USB 2.0 consigue escribir a esta velocidad, salvo que sea el mejor del mercado.
Si nuestra memoria aún es USB 2.0, el problema de velocidad va a venir sin duda de aquí. Este protocolo se ha quedado obsoleto por su falta de velocidad, y, por lo tanto, debemos comprar una memoria USB 3.0 que nos brinde una mejor velocidad.
Al comprar debemos fijarnos en la velocidad que nos diga el fabricante. Muchas veces dicen que una memoria USB alcanza los 100 MB/s, pero en lectura. Debemos fijarnos también en la velocidad de escritura. Y evitar memorias USB chinas. Estas seguro que nos van a dar problemas.
No vamos a tener ningún problema con CopyMastro a la hora de copiar archivos con nombres largos, además, una vez finalizado el proceso, se comprueba la integridad de los archivos copiados para asegurar que el proceso se ha realizado correctamente y que los archivos están accesibles sin problemas.
Permite establecer filtros para copiar únicamente los archivos que cumplan unos determinados requisitos (recién actualizados, nuevos, por tamaño entre otros) y permite detener y reanudar la copia de archivos sin tener que empezar nuevamente desde el principio. Podemos descargar la CopyMastro desde aquí.
Bueno y malo
El principal punto a destacar de esta aplicación es que se trata de aplicación de código abierto y completamente gratuita, por lo que no es necesario pagar por agilizar las copias de archivos en Windows. Permite copiar archivos ocultos del sistema y dispone de una función para sincronizar los archivos entre el directorio de origen y destino, función ideal para hacer copias de seguridad incrementales.
Si tenemos que hablar de punto negativo, el único que llama la atención es la interfaz de , una interfaz muy poco intuitiva y que puede suponer una importante barrera para los s con pocos conocimientos. Otro punto negativo es que lleva dos años sin recibir actualizaciones, sin embargo, funciona sin problemas.
FastCopy
Terminamos con FastCopy, para muchos la mejor herramienta para copiar archivos a máxima velocidad. Muchos podríais pensar que hemos dejado el mejor para el fina, aunque como suele ocurrir con este tipo de software, las opiniones dependen mucho de las experiencias personales. En cualquier caso, FastCopy es una de las soluciones más rápidas y eficientes para gestionar archivos en sistemas Windows, superando con creces la velocidad del Explorador de archivos y otras herramientas similares.
Hablamos de un programa de origen japonés, desarrollado por por Shirouzu Hiroaki, FastCopy y que lleva más de dos décadas evolucionando. Está completamente actualizado, ya que su última versión, 5.8.1, lanzada en enero de 2025, incorpora mejoras importantes que lo hacen aún más rápido.
Además de su rapidez, FastCopy es capaz de trabajar con archivos que tienen nombres extremadamente largos, incluso aquellos que superan los 260 caracteres o que están en formato UNICODE. También cuenta con un sistema de filtros personalizables para incluir o excluir archivos específicos según patrones de búsqueda. En este caso no podemos decir que estemos ante una virgería de interfaz, ya que prima por su sencillez y aspecto más bien retro. Es tan sencillo de usar en sus tareas básicas como seleccionar archivos y carpetas de origen y destino, ajustar la velocidad de transferencia y ver en tiempo real el progreso de cada operación.
Aunque hoy en día no es lo habitual, en su momento FastCopy era conocido por su modo especial para minimizar el movimiento del cabezal del disco para mejorar la eficiencia. También se integra en el menú contextual de Windows para acciones rápidas con el botón derecho del ratón. Además, se integra perfectamente en el menú contextual de Windows, lo que significa que puedes copiar y mover archivos con FastCopy con solo hacer clic derecho sobre ellos. Es un programa que ofrece muchas ventajas, pero su principal pega es que solo está disponible para Windows, lo que limita su uso en otros sistemas operativos y deja por supuesto de lado a los s de Mac.
Otras opciones si no puedes copiar archivos
Si, por la razón que sea, a la hora de la verdad no puedes copiar archivos a un USB, tenemos en nuestra mano varios ases bajo la manga para utilizar. Ya sea por cualquier error, por la lentitud extrema de tu PC o por los bloqueos que vayan saliendo, tenemos alternativas. No todo tiene que ser pasar nuestros archivos por una memoria externa.
La primera solución, que además es extremadamente sencilla, es la de subir archivos a la nube que más te guste. Las más utilizadas y accesibles son Google Drive, Dropbox o OneDrive. Pero existen muchas más que puedes utilizar, siempre que tengas espacio para ello. Esto te libra de descargar cualquier tipo de programa, y lo único que necesitas es una buena conexión a internet para que no se interrumpa la transferencia. Así, de paso, también lo puedes compartir con quien tú quieras.
Otra opción es que utilices tu red local, también conocida como LAN, para traspasar tus archivos a otro PC que esté dentro de la misma red wifi o cable. Siempre vas a poder compartir carpetas entre ellos, e incluso es más rápido que subir archivos a la propia nube. De hecho, si trabajas con archivos que son más pesados y comienzan a ocupar varios GB, es la mejor opción. Basta con que actives el uso compartido de los archivos desde las opciones de red de Windows para que todo vaya como la seda.
Si lo que te está cansando es una memoria USB, siempre puedes hacerte con algo más contundente: un disco duro externo. De hecho, suele ser más fiable y más rápido que la mayoría de las memorias USB convencionales. De hecho, no es raro que hoy en día utilicen la conexión USB-C o Thunderbolt. Lo que hace que se dispare la velocidad de transferencia.
Pero en el caso de que se trate de una emergencia, y no puedas esperar a configurar nada ni a hacerte con otro dispositivo, siempre tienes servicios como WeTransfer o Send Anywhere para que envíes archivos con un link sin que instales nada de nada.